Por Andreu Martínez
VII Dan de Taekwon-Do ITF
IV Dan de Haidong Gumdo
Director de la Escuela Juche Kwan
https://juchekwan.org
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El Kyuk Gum (combate preestablecido) es un aspecto muy interesante de la práctica del Haidong Gumdo. A diferencia de los movimientos fundamentales (Kibon Dongjak) y de las formas (Gumbub), en las que solemos trabajar individualmente, el Kyuk Gum se entrena con un compañero, la cual cosa nos invita a poner un extra de atención.
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En este artículo presentaremos este tipo de entrenamiento que, parafraseando al maestro Han Sang Hyun, nos permitirá desarrollar la velocidad, la precisión, el juego de pies y la coordinación de la mirada para corregir el flujo de la espada. A su vez, adquiriremos coraje y un fuerte poder mental, elementos esenciales para convertirnos en espadachines seguros y maduros.
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Empezaremos con los ejercicios básicos. A la par que aprendemos las primeras 12 formas (Ssang-Soo Gumbub), aprendemos los primeros 12 ejercicios de combate preestablecido: 12 rutinas por parejas en las que se alternan los papeles de atacante y defensor. A grandes rasgos, el atacante desvía la espada del defensor para atacar de diferentes maneras, según el ejercicio. El defensor responde bloqueando o esquivando, para contraatacar de la forma más precisa posible. Cabe destacar la economía de movimientos y la funcionalidad que acompañan a cada una de las técnicas. Un punto esencial reside en el hecho de que el atacante nos embiste directamente, ante lo cual respondemos siempre con un cambio de dirección acorde a la situación.
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A nuestro parecer, existen diferentes niveles de práctica del Kyuk Gum. Su entrenamiento puede llevarse a cabo con el Mokgum (espada de madera) o con el Anjeongum (espada de espuma), en función del objetivo a entrenar.
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En un primer momento, como sucede al aprender las formas, hemos de memorizar las secuencias, tanto en el papel del atacante como en el del defensor. Este aprendizaje puede realizarse individualmente o por parejas, según considere el Instructor o resulte más comprensible para los practicantes. Una vez superado este punto, se pueden enfatizar diversos aspectos como la velocidad, la precisión, la sorpresa, la reacción… Existen múltiples posibilidades y ejercicios que nos permitirán evolucionar a partir de los 12 ejercicios básicos.
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Pero el trabajo del Kyuk Gum no acaba aquí, ni mucho menos. La pericia adquirida tras el aprendizaje y el perfeccionamiento de las primeras combinaciones básicas es una puerta que se abre a la práctica de Kyuk Gum libre, en el que una pareja crea su propia coreografía, alternando los roles de atacante y defensor. Según el conocimiento, la habilidad y la creatividad de los practicantes, las posibilidades se multiplican y abarcan enfrentamientos de uno contra uno, uno contra dos o incluso tres.
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Personalmente, el aspecto que más me atrapa e, incluso, me conmueve de la práctica del Kyuk Gum es el clima que se crea durante su ejecución. Podría incluso decirse que se trata de un ritual. Dos personas, frente a frente. Tras saludarse, se colocan en guardia (Ja-Yeon Gyeon-Jeok Se). En medio de una tensa espera, hay un momento en el que uno de los dos realiza un ataque. A partir de aquí, todo sucede hasta que llega la técnica final e, inmediatamente, Jo-Cheon Se: un momento de máxima intensidad en el que somos conscientes de todo aquello que nos rodea. Esta posición de guardia evoca a un águila observando desde el cielo, dispuesta a lanzarse en picado si es necesario. Llegados a este punto, todo se relaja y volvemos a la guardia inicial, a la que seguirá de nuevo el saludo. En apenas unos segundos, se ha decidido la vida y la muerte, sin más. Creo que tiene sentido entrenar con este espíritu. De lo contrario, correremos el riesgo de ser como aquel señor al que le gustaban los dragones…
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Os invitamos a conocer el arte de la espada coreana y compartir con nosotros este camino. Seguiremos dando a conocer las disciplinas que practicamos en nuestra escuela en los próximos números. ¡Haidong!
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