Por Roberto Stephan
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La parábola del hijo pródigo describe unos de los pasajes de Jesús de Nazaret en el Nuevo Testamento, Evangelio de Lucas, capítulo 15, versículos del 11 al 32. En ocasiones un hombre ha de tomarse un tiempo para la redención consigo mismo y los demás. No debe de ser sencillo encontrar ese lugar y establecer una tregua con el yo interior y el mundo que nos rodea. Policarpo Díaz Arévalo el mítico «potro de vallecas» por fin y después de muchos años en lucha consigo mismo ha encontrado ese nirvana, en el cual ha perdonado cuanto tenía que perdonar, y logrado un estado de liberación ante tanto sufrimiento adquirido…